Posts by Ek Chuak

    "Aunque no se sabe quién lo inventó ni cuándo se inició su uso, el mecapal fue muy utilizado en la época prehispánica para transportar todo tipo de bienes. Además, el mecapal tenía una fuerte carga simbólica y se relacionaba con el entrenamiento para ejercer el sacerdocio o la milicia, con los dioses del comercio, con los cargadores y las prácticas adivinatorias relacionadas con el destino de los pochteca, así como con el sistema matemático, indispensable en toda práctica comercial.
    Mesoamérica tenía características fisiográficas que propician la diversidad climática y ecológica. Cada sector de este rompecabezas natural tenía hábitats con productos distintos. Eric Wolf, Christine Niederberger y Bernardo García Martínez, entre otros, han señalado los aspectos simbióticos que se dan entre las tierras altas y las regiones costeras de Mesoamérica. Los pueblos de esta región cultural, durante miles de años y hasta la actualidad, han requerido del intercambio de productos propios del templado altiplano y de la costa tropical.
    Al menos desde el periodo Preclásico, hace unos cuatro mil años, se trazaron caminos que servían a los viajeros y a sus mercancías para comunicar un gran territorio. Por allí fluían hombres, bienes e ideas que fueron entrelazando las áreas que conformaron una región con características propias, el espacio geográfico llamado Mesoamérica. Sus habitantes, a diferencia de casi todos los demás pueblos de la tierra, carecieron de bestias de tiro que les ayudaran en el transporte de productos. Los bienes se llevaban preferentemente por agua, ya que ello representaba gran ahorro de energía y mano de obra. Se sabe de embarcaciones de muchos metros de largo que surcaban ríos, lagos y el mar a muchos kilómetros de la costa. Sin embargo, no todas las rutas contaban con vías acuáticas y, conforme aparecen las montañas, los ríos se hacen violentos y dificultan la navegación. Por largos trayectos, los bienes debían ser llevados sobre la espalda del hombre y para ello se diseñó toda una organización comercial, un sistema de transporte y una red de mercados a lo largo de las rutas. A grandes rasgos podemos decir que en Mesoamérica se tuvieron dos tipos de comerciantes: uno que en ocasiones era el mismo productor y que acudía a los mercados cercanos, cargando él mismo sus bienes, y un viajero especializado en el comercio a larga distancia. A los primeros les llamaron tlanamacas los nahuas y ppolom los mayas; a los segundos les llamaron pochteca los nahuas y ah ppolom yoc los mayas. Los pochteca tenían sus propios cargadores o los conseguían en distintas poblaciones a lo largo del camino, ya sea mediante un tributo en trabajo, llamado tequio, o mediante algún tipo de pago.
    Usos del mecapal
    Pero todo ese sistema comercial requería del instrumento que fue uno de los grandes inventos mesoamericanos: el mecapal o mecapalli, un aparato que consiste en una banda, hecha de algodón o de petate (fibra de ixtle tejida), que va sujeta por sus extremos a dos cuerdas, con las cuales se sostiene el objeto que se carga. La banda se colocaba en la frente del cargador para protegerlo, ya que su cabeza y cuello tenían una doble función: en primer lugar, equilibraban el bulto a partir de la frente y en segundo, distribuían el peso por todo el cuerpo del cargador, a manera de que no hubiera un sólo músculo que no recibiese parte de la carga. El uso del mecapal requiere que el cuerpo se incline hacia adelante, cual si se hiciese una reverencia. El mecapal se usó para cargar todo tipo de bienes y en algunos casos debió ser necesario que el cargador protegiese su espalda con una tilma o manta. Algunos productos eran amarrados directamente al mecapalli, como la leña y las cañas o aquellos que se empacaban en costales, tenates y trojes de madera. Otros requerían del uacalli y el cacaxtli, especie de cajas, enrejados o entarimados de madera que servían para soportar desde animales hasta objetos pequeños y frágiles. Entre los cacaxtli había complejas repisas a las cuales se ataban vasijas, cántaros y tecomates de cerámica, al igual que tenates y jícaras, en los cuales se transportaban líquidos (miel, pulque…), semillas (amaranto y otras) y polvos como los tintes (cochinilla, cinabrio y otros óxidos minerales). Los cacaxtli eran objetos especializados que sólo ciertos pueblos hacían, y tenían tal importancia para el traslado de mercancías, que se constituyeron en sí mismos en objeto de tributo, como lo muestra la página 22 de la Matrícula de Tributos, al igual que el Códice Mendoza, en el que se indica que la provincia de Tepeaca debía tributar a la Triple Alianza, según se escribió allí en caracteres latinos, un tributo consistente en 200 cacaxtles."
    Rubén Morante López
    Morante López, Rubén, “El mecapal. Genial invento prehispánico”, Arqueología Mexicana núm. 100, pp. 70-75.

    Es el más horrible de los seres fabulosos mayas: monstruo peludo, posee cuernos y grandes orejas, incontables brazos y pies y garras de cuervo. Su cuerpo está formado por órganos de diferentes animales que se odian entre sí; sus ojos relampaguean y su voz es un sordo sonido gutural. Una serpiente o un lagarto suelen constituir su cola. Al caminar, deja tras de sí un desolado rastro de árboles destrozados y animales muertos. Su funesta presencia la perciben todos los sentidos a la vez, por lo que es aconsejable alejarse cuanto antes de sus dominios, para no respirar el vaho de su aliento ponzoñoso.


    El Kakasbal es criatura de la noche y aborrece la luz del sol; en sus andanzas envenena las plantas, arruina las cosechas y provoca las pestes y las hambrunas. Es enemigo natural del hombre, cuya carne hace añicos con sus poderosos colmillos. A los niños pequeños los envenena para beberse su sangre. Posee también el poder de adoptar diversas formas, y puede transformarse lo mismo en un obscuro pájaro del mal, que en un diminuto insecto o en un hombre perfectamente desarrollado. En cierto momento pudiera ser, de alguna manera, todos los seres que amenazan la solitaria existencia del hombre maya.



    Tomado de :Leyendas Costumbres Y Tradiciones De Mexico

    En Mesoamérica, los conflictos armados formaban parte de la vida colectiva de las sociedades prehispánicas, desde el surgimiento de los primeros estados hasta la conquista española, y fueron determinantes en la configuración de las redes del poder político y económico, donde las guerras tuvieron varios propósitos, como ampliar los límites espaciales del poder de los señoríos, asegurar la entrega periódica de tributos y proveerse de cautivos que eran sacrificados ante las imágenes de los dioses, ya que las guerras se interrelacionaban con la cosmovisión, la ideología, la mitología y las prácticas rituales, donde la guerra era importante para toda la sociedad, no solamente para los gobernantes, y el éxito en el campo de batalla era uno de los mecanismos disponibles a los hombres comunes para alcanzar el prestigio social, tanto en la esfera religiosa, con la promesa de que, al morir, se iría al paraíso solar Tonatiuhichán para servir al Dios Sol Tonatiuh, y así reencarnar, un destino post-mortem para los guerreros caídos y sacrificados, motivados con el propósito explícito de mantener el equilibrio cósmico, alimentando al Sol con los sacrificios humanos.


    En el Imperio Azteca, existían sociedades o cofradías de guerreros de elite, donde se destacan principalmente los Guerreros Águila (Cuauhpilli) y los Guerreros Jaguar (Ocelopipiltin), cuyos animales representaban a la luz y a la oscuridad, donde al águila se le consideraba como un ave sin miedo, valiente, osada y chillona, que podía mirar de frente al sol, cualidades que debían emular su guerreros, y al jaguar como cauteloso, sabio, orgulloso, un poderoso animal que desviaba las flechas del cazador antes de revolverse, tenderse, y luego saltar sobre su atacante; y finalmente, las elites de los Guerreros Otomih (Otontin) y de los Guerreros Rapados (Quachicqueh), tropas de choque donde se incluirían los oficiales de mayor rango como generales de tropa tlacatacatl, tlacochcalcatl y cuauhnochtecuhtli, siendo el rango de los militares un reflejo de su ropa y adornos, por lo que, dentro del ejército, estaba constituido por aquellos que acababan de ser reclutados y que normalmente servían de porteadores de algún joven procedente del Calmecac que ya había conseguido capturar a algún enemigo.


    » Cuando un joven guerrero capturaba su primer enemigo sin ayuda se convertía en hombre, y pasaba a ostentar el rango de Tlamanih y recibía un manto con diseños de flores (tiyahcauhtlatquitl).
    » Dos enemigos capturados, recibía un tlahuizli y un gorro cónico llamado capilli (herencia Huaxteca), todo marcado con diseños negros, descritos como zarpazos de águila, donde el color podría ser rojo, azul o amarillo (en relación a los colores en los que se divide el mundo) y el uniforme se denominaba cuextecatl. Estos guerreros podrían ser los que algunos autores clasifican con el rango de flecha Cuextecatl (Tequihua).
    » Tres enemigos capturados, recibía una capa (Checailacacozcatl), una insignia con forma de mariposa llamada Tlepapalotlahuiztli y el título de Tiachcauh (líder de jóvenes) y podía acceder al Telpochcalli para enseñar a jóvenes guerreros, además, se convertía en tequihua (veterano), el tlahuizli podría ser verde, blanco o azul. El rango Papalotl.
    » Cuatro enemigos capturados, recibía la vestimenta de ocelototec, es decir traje y casco de jaguar, y se convertiría en un Guerrero Jaguar. Este uniforme se representaba con las manchas de jaguar sobre amarillo, azul, rojo o blanco.
    » Cinco o seis enemigos capturados, se convertiría en un Guerrero Otomih, y recibían un emblema simbólico con forma de gota que se fijaba a la espalda (llamado matlaxopilli) y se decoraban el pelo con borlas y cintas rojas. El tlahuizli podría ser rojo, verde o azul.
    » Numerosos enemigos capturados y acciones heroicas, se convertiría en un Guerrero Rapado o Quachicqueh, y llevarían la cabeza rapada, salvo una cresta en el centro y una trenza en la oreja izquierda. Se pintaban la cabeza una mitad azul y la otra roja o amarilla, y llevaban un tlahuizli amarillo. Sus escudos estaban decorados con motivos de espirales (xicalcoliuhqui).
    » Para convertirse en oficial importaba la reputación de los prisioneros, es decir, en función de la ciudad de la que provenían tendrían mayor o menor valor. Por ejemplo, si se capturaban guerreros Huaxtecas recibían simplemente un título como el de Yaotequihua (líder de jóvenes y guerrero veterano). Sin embargo, si capturaban de Atlizco, Huexotzinco o Tliliuhquitepec, recibirían el rango de Cuauhyacatl (gran capitán), Tlacochcalcatl (general) o Tlacateccatl (comandante general), además de numerosos regalos por parte del emperador o Huey Tlatoani.


    El máximo exponente del ascenso dentro del ejército azteca era pertenecer a las órdenes militares existentes dentro de su ejército, el ser admitido en una de estas órdenes significaba sin duda, que se había llegado a la cúspide dentro del estamento militar, donde éstas órdenes estaban formadas principalmente, por nobles que habían conseguido grandes hazañas en el terreno militar y que hubieran demostrado su valentía y bravura en el combate, o bien, en menor medida por gente común que se hubieran distinguido por su participación en las guerras floridas, por lo que para poder ser admitido en estas órdenes, al menos debían de haber capturado cuatro enemigos, por lo que, las órdenes más prestigiosas eran la de los Guerreros Águila y de los Guerreros Jaguar, siendo las únicas que celebraban sus actos rituales en Malinalco.


    El ejército azteca se centraba principalmente ante todo al combate de cuerpo a cuerpo, no obstante, existía una infantería ligera equipada con arcos y eslingas (cuerda con ganchos), aunque estas armas estarían relegadas a los plebeyos o macehuales, donde las típicas armas aztecas estarían hechas de madera con fragmentos de obsidiana o cristales volcánicos incrustados y fijados con betún o resina incrustados en los laterales, ya que su objetivo sería dejar fuera de combate a un enemigo, y no matarlo, pues la idea era capturar prisioneros para sacrificarlos a Huitzilopochtli, Dios de la guerra y señor del Sol, patrono de México-Tenochtitlán.


    Notas:
    *Esta versión alude a los contextos Colin Spencer, Bernal Díaz (Historia Verdadera de la Conquista de la Nueva España), Diego Durán (Historia de las Indias de Nueva España e islas de Tierra Firme) y José De Acosta (Historia Natural y Moral de las Indias)
    *Los dioses patronos de la Triple Alianza eran Huitzilopochtli (Tenochtitlán), Tezcatlipoca (Tetzcoco) y Xiuhtecuhtli (Tlacopán)
    *Los Guerreros Águila y Guerreros Jaguar se les permitía participar en la política, y se les concedían tierras libres de impuestos, además de la concesión vitalicia de transmitirla a sus herederos.
    *En el Imperio Azteca, todos los hombres adultos debían someterse a un adiestramiento de guerra básico, cuyo progreso de cada aspirante se ponía a prueba constantemente en los diferentes templos, y aquellos que demostraban un talento excepcional eran preseleccionados para recibir un entrenamiento avanzado que les convertiría en guerreros de élite, a excepción de aquellos hombres que abandonaban la vida guerrera para una vida dedicada a la belleza, dejando las virtudes viriles guerreras por una vida doméstica para adorar a Xochipilli, señor de las flores.
    *En el Imperio Azteca, la sociedad estaba dividida en diferentes clases, cuya estructura social estaba encabezada por los gobernantes (tlatoani), la nobleza (pipiltin), los jefes administrativos y sacerdotes, guerreros, seguidos de los comerciantes (pochtecas), encargados de procurar el intercambio comercial, así como también por los artesanos y agricultores (macehuales), de los cuales estaban agrupados en calpullis, y por último, los siervos y prisioneros de guerra (tlacotin) que conformaban la fuerza laboral.
    *Algunos autores afirman que no existía uniformidad en el ejército azteca, sin embargo, algunas fuentes españolas hacen referencia a la existencia de unidades militares con uniformes del mismo color, pero que en general se pintaban la cara y el cuerpo para aumentar la apariencia de ferocidad del guerrero e intimidar al enemigo, al mismo tiempo que ganaban valor.
    *Durante el gobierno de Moctezuma II, los aspirantes a Guerreros Águila sólo debían proceder de la nobleza y ya no de plebeyos.
    *Las mujeres embarazadas eran consideradas como guerreras, por debatirse entre la vida y la muerte al parir.
    *Ilustración por Jorge Gonzáles Camarena


    Escrito por Christian Aboytes
    Tomado: de https://www.facebook.com/mitol…a/posts/997389603690281:0

    Bacab (o en plural bacabob ) es el nombre genérico en el idioma maya yucateco (yucateco es una de sus variantes) empleado para referirse a las cuatro deidades prehispánicas de esta cultura más antiguas que habitaban en el interior de la Tierra y en sus depósitos de agua, cuya principal tarea consistía en sostener el firmamento. El culto a los bacabes predominó sobre la veneración a las lascivas, ebrias y tormentosas deidades de las ciudades cercanas al Golfo de México.


    Los bacabob “eran cuatro hermanos a los cuales un dios ubicó, cuando creó el mundo, en los cuatro puntos cardinales de éste, para sostener el cielo por temor a que caiga. Ellos escaparon cuando el mundo fue destruido por el diluvio.” Sus nombres eran Hobnil (Sur), Cantzicnal (Este), Zac-cimi (Norte) y Hosan-ek(Oeste). Cada uno dictaminó un punto cardinal y fue asociado a un día de los cuatro días anteriores al final del año. Los cuatro hermanos fueron inmediatamente relacionados con los cuatro Chaacks o divinidades de la lluvia y con los cuatro Pauahtuns o divinidades de los vientos, que igualmente estaban frecuentemente unidas a los puntos cardinales. Además, cada Bacab poseía un amuleto de identidad, un caparazón de tortuga, una tela de araña y dos diferentes clases de conchas, además de un color que lo identificaba: al bacab rojo le correspondía la dirección Este, al bacab blanco, el Norte, al bacab negro, el Oeste, y al amarillo, el Sur. Algunos autores agregan un quinto bacab verde, en el centro.


    Según los expertos en el tema, los bacabob eran los hijos del dios creador Itzamna y de la diosa Ixchebelyax, quien una vez fue humillada, matada y revivida y además era la diosa de la salud. Ellos poseen un rol muy importante en la sacudida cosmológica asociada con Katun ll Ahau, cuando Oxlahuntiku, el Trigésimo Dios fue humillado por Bolontiku, el Noveno Dios. Además, según el Chilam Balam, “Luego el cielo caerá, caerá sobre la Tierra, donde los cuatro dioses, los Bacabob están situados, los que evitaban la destrucción de nuestro mundo”.


    Desde que se los denominó los patronos de los últimos cuatro días del año, los bacabes cobraron importancia en las ceremonias de veneración. Ellos fueron consultados con preguntas sobre cosechas, el clima o la salud de las abejas, de las cuales eran los principales protectores, e incluso, los fundadores de la apicultura. Además, se los invocaba en rituales de sanación, por esa razón la colección de textos sobre la sanación mayas más famosa, el “Ritual de los Bacabob” fue nombrada así en honor suyo.

    Los Pak’an y los Lints’i’.


    "Cuentan los indios teenek de San Luis Potosí que hace muchos muchos años, cuando Dios creó a los hombres, el universo, y la naturaleza, le dio vida también a los pak’an, criaturas gigantescas cuya morada fueron las sierras. Los pak’an tuvieron una gran descendencia, algunos descendientes muy inteligentes y otros no tanto; todos conformaron las diferentes razas que hay en el mundo. Unos de los descendientes fueron los lints’i’, gigantes casi tan grandes como los pak’an. Los lints’i’ poseían dos brazos y tres pies, y su cuerpo estaba cubierto de pelo. Eran robustos, carecían de dientes pues no los necesitaban, ya que se nutrían de la esencia de los alimentos crudos: satisfacían su apetito con el olor de los frescos granos de maíz y del aroma de las flores. Por esta razón, contaban con un olfato muy desarrollado. Su característica principal era la pasividad, pues no les gustaba entablar peleas ni guerrear con sus vecinos. Nadie se metía con ellos ni intentaba darles caza.


    La vida transcurría tranquila para los lints’i’, hasta el día en que apareció una nueva raza que decidió sentar sus lares en la Huasteca Potosina. Se trataba de seres humanos, de menor estatura que los lints’i, que se alimentaban de carne cruda y de los frutos silvestres que recogían en sus cacerías. Cuando los humanos descubrieron a los gigantes, sintieron mucho miedo, pero poco a poco el miedo fue desapareciendo al darse cuenta de que eran pacíficos e inofensivos. Los seres humanos entablaron una guerra contra ellos con el fin de correrlos y quedarse con las tierras que les pertenecían a los tranquilos lints’i’.


    Los gigantes no opusieron ninguna resistencia al ataque de los humanos. Llevaron a cabo una reunión y decidieron ir a establecerse a otras tierras, para continuar como hasta ahora habían vivido: en paz y en armonía, sin tener que soportar a los invasores. Pero los humanos no cejaron en su crueldad y los perseguían y provocaban a todo momento, hasta que lograron extinguirlos con sus sanguinarias matanzas. Según nos cuenta la leyenda, no todos los lints’i’ murieron, los que sobrevivieron se fueron a vivir al interior de la Tierra a la que se metieron por una cueva que se encuentra en la Sierra de Piaxtla. Ahí viven todavía y rara vez salen a la Tierra."


    Sonia Iglesias y Cabrera

    Los nahuales


    "Dentro de la cosmovisión de los indios mesoamericanos el nahual -también nagual-, se consideraba como un animal protector personal de los humanos desde el momento de nacer. El espíritu del nahual era el encargado de guiarnos y protegernos por toda la vida. Los nahuales se manifestan durante el sueño y así se puede conocer cuál es nuestro nahual; o bien, por la afinidad que uno siente por determinado animal; por ambos medios se puede conocer la identidad de nuestro nahual personal. Así pues, una mujer que cante muy bonito seguramente tiene como nahual a algún pájaro cantor, como el canario o el tzentzontle. Sólo los brujos y los chamanes tienen la capacidad de contactarse directamente con los nahuales, lo que les permite poseer los sentidos sobresalientes de los animales en cuestión: buen olfato, buena visión, buen oído… etcétera. Incluso pueden adquirir la morfología de dichos animales, capacidad que se conoce como teriantropía, palabra compuesta de los radicales griegos therion, “animal salvaje” o “bestia”; y anthropos, “hombre”.


    El nahual en la cosmovisión mexicaFray Bernardino de Sahagún constata en su obra Historia general de las cosas de la Nueva España que: El nahual es el sabio, poseedor de discursos, dueño del depósito, sobrehumano, respetado, grave, serio, no burlado, no sobrepasado. El buen nahualli es depositario, hay algo en su interior, guardador, observador. Observa, conserva, auxilia; a nadie perjudica.


    La palabra nahual, nahualli, deriva de la raíz náhuatl nau-, “doble” y del sufijo sustantivizador -lli. Se trata de un elemento del hombre que lo relaciona con lo sagrado, es el interior y el espíritu de las personas. Para otros investigadores, el términonahualli significa “aquello que es mi vestido”, “lo que tengo sobre mí”, lo que nos sugiere la transformación del hombre en otro ser animal. Para los pueblos mexicas los nahualli se convertían en hechiceros tlatlacatecolotl, “hombres búhos”, cuando empleaban sus poderes con el afán de perjudicar a las personas; o podían ser los lectores de los códices sagrados, además de ejercer como curanderos. Los nahualli empleaban tres formas básicas para convertirse en animales: desaparecer totalmente y convertirse en animal, desprenderse de las partes del cuerpo para conseguir el mismo fin, desprenderse del alma durante el sueño para tomar la figura del animal.


    Varios códices constataron la existencia de los nahuales en el pensamiento mesoamericano. La mayoría de las culturas mesoamericanas como la tolteca, la maya y la mexica creían que los dioses poseían la capacidad de transformarse en animales. En el mundo mexica, nahualli se encontraban bajo la protección de Tezcatlipoca, el dios de la guerra, cuyo nahual fue el jaguar y el coyote, pues sabemos que cada dios del panteón azteca tenía la capacidad de tomar la forma de uno o varios animales. El colibrí fue el nahual preferido de Huitzilopochtli. Pensaban los antiguos que los nahuales cuidaban la Tierra y los Espacios Sagrados. Eran “ojo” y “garra”, ya que vigilaban que todo estuviera en orden, y castigaban a los transgresores de los dogmas y los rituales religiosos; idea que aún prevalece en numerosos pueblos indígenas de la actualidad; verbi gratia, en relación a los perros negros o a los coyotes que se roban bienes materiales.


    El nahual estaba capacitado para hacer el bien o el mal; se encontraba relacionado con algunos sistemas calendáricos adivinatorios, que servían para saber si una persona se convertiría en nahual en algún momento de su vida. Así por ejemplo, en el Tonalpohualli, “el cómputo de los días”, calendario ritual de los mexicas, el día del nacimiento de una persona determinaba con que animal se encontraba asociado, y si era débil o fuerte. Si una persona había nacido en el día del perro, adquiría la parte débil de tal animal. De los veinte días en que constaba el mes mexica diez pertenecían a animales, los cuales se manifestaban en sueños y bajo ciertas circunstancias. El animal de su nacimiento constituía su tonalli: cocodrilo, lagartija, serpiente, venado conejo, perro, mono jaguar, águila, buitre, que determinaba sus cualidades como personas, ya fuesen buenas o malas. Por ejemplo, el día 2 Tochtli, Conejo, era nefasto para quienes habían nacido en él. En cambio, el día llamado Cipactli, Cocodrilo, era un día fausto, gobernado por Tonacatecuhtli, dios de la crianza, quien nacía en tal día poseería mucha energía en el trabajo, y lograría recompensas y reconocimientos. Aun cuando también debían considerarse los números de los días y a que trecena pertenecía el día en cuestión.


    El nahual mayaLo mismo sucedía con el calendario maya; según la cosmovisión de esta cultura el calendario fue una guía espiritual que regía la vida de las personas, y en general la vida cotidiana. Contaba con veinte nahuales correspondientes a veinte días con sus trece energías. Estos eran: Imix, el monstruo de la tierra, cocodrilo; Akbal, ciervo pequeño, jaguar, ciempiés, perro, murciélago y serpiente; Kan, su augurio es el pájaro mérula (mirlo); Chicchan, serpiente celestial; Cimi, tecolote; Manik, aguijón de escorpión, su augurio el perico y la guacamaya; Lamat, perro deforme con cabeza de jaguar; Muluc, sus animales de augurio son el Xoc (pez mitológico) y el jaguar; Oc, perro negro; Chuen, asociado al dios mono; Eb, su animal es el ah uitz, el tordo; Ix, jaguar sangriento; Men, tal vez águila; Cib, abeja brava y venado; Caban, pájaro carpintero; Edznab, pájaro Momoto; Cauac, quetzal; y Ahau, águila rapaz.


    Daremos el ejemplo del nahual Ajmac, “difuntos”, que determinaba el espíritu de la persona nacida en ese día el día de la semana llamado también Ajmaq. Tiene como punto cardinal el oeste, como elemento la tierra, como lugares de energía las grutas, las cavernas, los ríos y el mar. Simboliza el día de los ancestros, del perdón, la fuerza y los pecadores. Sus colores son el gris, negro, blanco y amarillo. El nahual correspondiente es la abeja y el águila. Ajmat es símbolo de fuerzas morales, de la conmemoración de los padres muertos. Es la conciencia y la sabiduría antigua, la prudencia, el equilibrio y las fuerzas cósmicas.


    La persona que nace bajo éste símbolo está bajo el nahual Q’anil y su porvenir es regido por el día c’at (su misión); si la persona no toma en cuenta ese día, será perseguido por sus faltas y pecados. Pasa su vida lentamente, pero logra sus objetivos. Tiene a la vez el don de la curiosidad y de la prudencia."


    Sonia Iglesias y Cabrera

    Bueno la sugerencia es simple: Añadir ciertos sonidos o una música de fondo por ej:Cuando abrís una mina salga el ruido de un pico o que cuando estés visualizando tu ciudad se escuchen pájaros o ríos etc.


    Bueno eso :D


    Adios!


    Para la música de fondo algo como esto